La Universidad de Salamanca se ha puesto manos a la obra para evaluar al ejemplar de secuoya que se encuentra en el Claustro de las Escuelas Mayores, que con unos 150 años de vida será examinado próximamente para determinar la enfermedad que padece.
Así lo dieron a conocer este jueves el vicerrector de Economía del Estudio, Ricardo López, y José Sánchez, director del CIALE (Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias), acompañados de la Secretaria General de la Universidad, María Luisa Martín Calvo, con quién se reunirán de nuevo la semana que viene para determinar de una manera más precisa las líneas básicas de actuación, así como el coste total que tendrá este proyecto, que por primera vez se va a dar en la institución. Así lo destacó López, que anunció que desde este año, aprovechando la celebración del Día Mundial del medio ambiente, se realizará una actuación destinada a mejorar el patrimonio histórico- natural de la institución ocho veces centenaria, y de Salamanca.
El CIALE jugará un papel importante en este proceso de actuación y análisis sobre este ejemplar de secuoya, ya que se llevarán a cabo actuaciones concretas para mejorar su estado de conservación y favorecer su mantenimiento. La gran novedad que presenta este estudio será el uso de un dron, un pequeño aparato volador que no requiere tripulación y se caracteriza por la autonomía de la que goza. Este dispositivo permitirá realizar un diagnóstico del árbol, que puede estar afectado por una plaga que ya padeció en 1985, así como confirmar qué problema puede tener y en qué zona, para su posterior tratamiento.
Así lo detalló en el acto informativo José Sánchez, director del CIALE.
Debido a la exhaustividad que se requiere para la realización certera del análisis del ejemplar de secuoya, el dron llevará incorporado diversos elementos, como cámaras termográficas y multiespectrales.
Desde la Universidad de Salamanca se quiso remarcar la importancia que tiene la conservación de los elementos naturales que forman su patrimonio, entre los que se encuentra este árbol centenario, que podría tener su fecha de origen en el 1870, en cuyo momento esta especie se encontraría ubicada en la finca La Carolina, del municipio charro de Cantalapiedra.