Unicef vuelve a alertar sobre la situación de los niños rohingya, huidos a Bangladesh, que se enfrentan a la temporada de huracanes y al monzón, lo que puede convertir en catástrofe lo que ya es una situación humanitaria desesperada.

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Es la minoría más perseguida del mundo. Han sido testigos del horror y la violencia y ahora viven en una especie de limbo porque ningún país les reconoce. Bangladesh ha abierto sus puertas a casi 700.000 refugiados, de los que el 54% son niños. Sus necesidades básicas son la higiene y el agua. La situación se agrava por la llegada del monzón. Hoy hemos vuelto a hablar con Rocío Gutierrez, coordinadora de Unicef de Castilla y León.