Esta mañana ha tenido lugar en el Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca el acto en el que se reconoce el mérito a los finalistas de Castilla y León participantes en la Olimpiada Matemática. Son tres por cada uno de los cuatro distritos académicos de Salamanca, León, Valladolid y Burgos.

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La entrega de diplomas ha estado presidida por el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Riveroque animaba a los finalistas a seguir superándose a sí mismos.

Junto al rector de la USAL el consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Fernando Rey; el miembro de la Junta de Gobierno de la Real Sociedad Matemática Española, Francisco Bellot; la presidenta de la Asociación Castellano Leonesa “Miguel de Guzmán” de Educación Matemática, Encarnación Reyes Iglesias; el vicerrector de Ordenación Académica e Innovación Docente de la Universidad de Valladolid, Valentín Cardeñoso; y el director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Burgos, Joaquín Antonio Pacheco.

Encarnación Reyes agradecía a las Universidades y a la Junta por apoyar estas iniciativas que fomentan la excelencia educativa.

Los finalistas de la edición regional competirán para representar a Castilla y León en la fase nacional, donde se elegirá a los tres representantes de España en la Olimpiada Internacional de Matemáticas, que este año se celebrará en Rumanía, y en la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas, encuentro que acogerá Huelva. Además, las alumnas con mejores puntuaciones podrán optar a representar a España en la Olimpiada Femenina Europea, iniciativa para fomentar la participación de mujeres en la Olimpiada, colectivo que actualmente supone menos de un tercio de los candidatos totales, como resaltaba también el consejero de Educación, Fernando Rey.

Las Olimpiadas de Matemáticas nacieron en 1964 bajo el amparo de la Real Sociedad Matemática Española, reunida en la Universidad de Salamanca. Desde entonces, las Olimpiadas sirven para promocionar la matemática, y mejorar nuestro sistema educativo, exigiendo una constante renovación del profesorado y la implicación activa de los alumnos. Su historia era contada por Francisco Bellot.

Esta recepción supone la certificación del esfuerzo y dedicación a las matemáticas que han desarrollado los 12 competidores y se les anima a seguir estudiando en dicha disciplina mediante su ingreso en la universidad. Su trabajo no acaba aquí puesto que todavía tienen pendiente la realización de varios exámenes para avanzar en la competición y de este modo determinar quiénes serán los encargados de representar a España a nivel nacional. El vicerrector de Ordenación Académica de la Universidad de Valladolid y el director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Burgos felicitaban a los finalistas y reconocían el papel esencial de las matemáticas en la vida de las personas.