Tan fácil como eso. Nuestro mayor deseo es estar bien y vivir mejor. Un sencillo pasatiempo puede ser mucho más que una distracción. Leer nos hace mejores.
Los beneficios del ejercicio se extienden también al ejercicio de la mente, no solo del cuerpo. Sabido es ya que las enfermedades neurodegenerativas tardan más en aparecer con el sencillo hábito de la lectura. También que leer es imprescindible para escribir bien, sin las terribles faltas de ortografía que tan poco y mal dicen de las personas que las cometen.
Amplía nuestras horizontes, mejora nuestro futuro profesional, alimenta nuestro espíritu, nos ayuda a comprender mejor nuestro mundo, nos hace corresponsables de nuestra sociedad. Ciudadanos cultos configuran sociedades cultas. La lectura nos recuerda además quiénes somos y de dónde venimos. En Roma ya se sabía de la importancia de este placer-ejercicio y allí se acuñó la frase “nulla dies sine linea” (ni un día sin leer una línea).
Hemos dedicado la primera entrevista del año a este asunto. Con Carlos Varona, autor del libro Ángeles Caídos.