La instalación, de nivel 3, está a disposición de cualquier grupo científico o médico con fines de investigación o diagnóstico, previa evaluación por los Comités Científico y de Bioseguridad de la Universidad. También podrá ser utilizada como unidad de formación en bioseguridad.
Además de los últimos brotes epidémicos alertados desde la Organización Mundial de la Salud, la comunidad médica viene llamando la atención sobre el repunte de microorganismos multirresistentes a los fármacos actualmente disponibles por lo que parece necesario desarrollar nuevas moléculas que permitan su control, para lo que es necesario una instalación de este tipo.
Juan Manuel Corchado, vicerrector de Investigación, presentaba la instalación, ubicada en la sede del Banco Nacional de ADN, en el edificio I+D+i de la Universidad de Salamanca.
La nueva instalación ha sido diseñada y construida según los más altos estándares de calidad. Ha tenido una inversión de 550.000 euros, con cargo al programa Innocampus de Excelencia Internacional del Ministerio de Ciencia e Innovación. Así lo comentaba Julia Almeida, responsable del servicio Nucleus, de apoyo a la investigación.
Con una superficie de 170 metros cuadrados cuenta con cabinas de seguridad biológica, incubadores para cultivos celulares, centrífugas de gran capacidad, microscopio invertido para la observación de cultivos celulares, además del material común del laboratorio. El subdirector del Área de recursos biológicos de Nucleus es Andrés García Montero, quien además respondía a la pregunta de qué grupos de investigación se han interesado ya por trabajar en esta nueva estructura.
Todas las salas cuentan con puertas herméticas sincronizadas electrónicamente. Para impedir la salida accidental por vía aérea de organismos patógenos cuenta con un sistema entre salas contiguas capaz de garantizar que el flujo de aire siempre se realice hacia el interior de la instalación. El responsable de esta instalación es Javier García.