“Los hombres no lloran” “Cállate niño, no llores más” “Las lágrimas convencen mucho”, etc. Si nos damos cuenta, hay variadas percepciones sobre el hecho de llorar, incluso llorar puede estar bien o mal o ser permisible o no, según el género. Venimos al mundo con llanto y el consuelo de nuestros momentos más tristes suele ser el llanto. Desde luego no es algo baladí en nuestra existencia. Y, por supuesto, como algo biológico que también es, el llanto está unido a nuestra naturaleza y aparece unido a nuestras emociones, que son importantes. Mostrarlas no es un error y no debe dar miedo hacerlo. Hoy hemos hablado de la naturaleza del llanto con la psicóloga Conchita Sisí.

Fotografía: Gaceta UNAM

Generar empatía, llamar la atención, desestresar, generar comunidad, son algunas de  las finalidades que cumple el llanto, sin olvidar que las lágrimas nos ayudan a controlar la actividad bacteriana y a mantener la lubricación de los ojos.

Hoy nos hemos centrado sobre todo en la parte emocional de las lágrimas y en los procesos psicológicos que suele haber detrás de ellas. También la parte de aprendizaje a tener en cuenta en el hecho del llanto, un aprendizaje del que también nos beneficiamos los adultos, en ese proceso cautivador y apasionante que es la educación de los más pequeños.

Hoy hemos conocido diversos aspectos sobre la función del llanto, además de saber que reprimirlo puede generar estrés sostenido y bloquearnos, dificultando la recuperación tras conflictos o pérdidas (que todos tenemos a lo largo de la vida), sin olvidar que también se puede llorar de felicidad.

En conclusión: Vivir mejor, de manera más humana, también pasa por saber llorar.