Colombia es el cuarto mayor productor de petróleo de América Latina y uno de los mercados más prometedores de la zona. Esta industria representa un 8% del Producto Interior Bruto (PIB).
Un equipo, dirigido por el catedrático de Micropaleontología y Oceanografía de la Universidad de Salamanca, José Abel Flores, realiza estudios para la extracción de petróleo en la cordillera oriental. Se trata de realizar la caracterización biológica de la parte oriental de la meseta de los Andes.
José Abel Flores nos comentaba que no es la primera vez que se produce esta colaboración con Colombia, en concreto con la Universidad de Caldas, donde se encuentra el equipo que realiza este trabajo para el gobierno de Colombia. Muchos de los geofísicos y geoquímicos de esa universidad colombiana han tenido estancias de investigación en la USAL.
La Universidad de Salamanca coordina una parte de los estudios del proyecto de la Agencia de Hidrocarburos colombiana, entidad con rango ministerial. Está financiado por la agencia de investigación Conciencias, con la Universidad de Caldas. La labor de la USAL es la revisión de la bioestratigrafía, supervisando, realizando contraanálisis y emitiendo el informe final bioestratográfico.
La dinámica de trabajo es perforar, analizar la geología y ver los potenciales recursos de petróleo y gas.
Las relaciones con el sector petrolero colombiano se establecieron en 2006 con Ecopetrol, la compañía nacional de petróleo de Colombia. En los últimos años con la Universidad de Caldas las relaciones han sido intensas.
La búsqueda se encuadra en las llanuras de la cordillera oriental, el borde hacia el Caribe de la Cordillera de los Andes. Localizar rocas, buscarlas y muestrearlas es una labor ardua por lo complicado del mapa geológico colombiano.
Una gran infraestructura científica apoya este trabajo de investigación: la Litoteca Nacional de Colombia. Allí se llevan las muestras, se van almacenando y etiquetando. Es un referente de toda la geología colombiana. Y una ayuda inestimable para el geólogo.
La Litoteca Nacional de Colombia es el Centro de Información e Investigación en Ciencias de la Tierra que administra y preserva las colecciones de muestras de roca del país y promueve su estudio sistemático orientado a la exploración y aprovechamiento sostenible de los recursos minero energéticos y a la investigación de los procesos geológicos naturales.
La Litoteca Nacional se encuentra localizada en el municipio de Piedecuesta (Santander) y presta sus servicios en un edificio ubicado dentro de los terrenos del Instituto Colombiano del Petróleo.
La historia de la extracción de hidrocarburos empieza en Colombia en el año 1538 cuando Gonzalo Jiménez de Quesada encuentra manaderos de crudo cerca de la población colombiana de Barrancabermeja.
Las reservas actuales de petróleo se calculan en unos 2500 millones de barriles, y suponen que Colombia se autoabastezca.
El oro, o las esmeraldas colombianas también forman parte de su riqueza en el subsuelo. La explotación del oro en Colombia data desde antes de la llegada de los españoles a América. Durante la conquista, la corona española explotó y transportó por primera vez el oro indígena colombiano hacia Europa. El oro se encuentra en filones o vetas entre las rocas y aluviones en las arenas de algunos ríos. Está, sobre todo, en las cordilleras Central y Occidental.
El origen del petróleo es diferente, ya que en sus orígenes proviene del mar. Son rocas de origen sedimentario, que se desplazan, las que dan lugar al petróleo y al gas.
La cordillera de los Andes es el elemento importante que ha producido que Colombia sea rica en unos y otros recursos, como destacaba el catedrático de la USAL.
José Abel Flores Villarejo recibió el Premio de Castilla y León de Protección de Medio ambiente en 2011 y entiende que la búsqueda de petróleo no está reñida con el respeto al medio ambiente.
Entiende que la preservación del medio ambiente requiere energía y que la labor de las agencias colombianas es siempre respetuosa con la naturaleza, ejemplares en la protección del medio ambiente.