Los efectos que puede llegar a producir el virus en nuestro organismo los hemos aprendido rápido. Se habla bastante menos de sus efectos en nuestro bienestar emocional. Situaciones de falta de empleo, muerte de seres queridos o aislamiento de nuestro contexto social solo pueden repercutir de manera negativa. Ahora, ante la segunda ola, sumamos otro descontento que puede venir dado por un confinamiento selectivo.

Existe una parte de la población que no está de acuerdo en cómo se está gestionando la pandemia, y muchas personas pueden llegar a interiorizar que no existe igualdad de condiciones, generando sentimientos de enfado, frustración o culpa.

Sobre lo que esta situación está provocando en nuestra psicología hemos hablado hoy con Miguel Ángel Garabal, psicólogo y miembro de Doctoralia.