Por Arnaldo Viloria Pacho
Última entrega de esta serie de especiales centrados en el Premio Reina Sofía. En el quinto artículo se incluyen los ganadores desde 2006 a 2013, seis premiados que cierran la lista de poetas galardonados por su obra con el prestigioso premio literario.
Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) obtuvo el premio en 2006. Se dio a conocer con Sublevación inmóvil, elaborado entre 1953 y 1959, y publicado en 1960. A su primera etapa creativa pertenecen La tierra y los labios (1947-1953) y Exentos I (1959-1960), poemas no aparecidos hasta Edad, que recoge su poesía hasta 1987; Blues castellano (1961-1966), obra no publicada por motivos de censura hasta 1982, y Exentos II (Pasión de la mirada) (1963-1970), publicada con múltiples variaciones en 1979 con el título León de la mirada. Buena parte de la década de los setenta estuvo marcada por una crisis existencial e ideológica que se hizo sentir en su siguiente obra Descripción de la mentira (1977), un largo poema que marcó un giro hacia una total madurez poética. Posteriormente publicó Lápidas (1987) y Edad (1987). Libro del frío (1992) le consagró como uno de los poetas más importantes en lengua castellana.
Dos años después el ganador fue otro español, Pablo García Baena (Córdoba, 1923). Su primer libro, Rumor oculto, salió en Madrid en la revista Fantasía en 1946. A Rumor oculto siguieron Mientras cantan los pájaros (1948), Antiguo muchacho (1950), Junio (1957) y Óleo (1958). Luego llegaron los largos años de silencio, su traslado a Málaga y el olvido, hasta que a finales de los años setenta el reconocimiento empieza a ser un hecho. En 1978 ve la luz Antes que el tiempo acabe, le siguen Tres voces del verano (1980), Gozos para la Navidad de Vicente Núñez (1984) y Fieles guirnaldas fugitivas (1990), entre otros. Su último libro unitario es de 2006, titulado Los Campos Elíseos.
El mexicano José Emilio Pachecho (México D. F., México, 1939 – México D. F., México, 2014) obtuvo el galardón en 2009. Su obra poética está recogida en catorce títulos que se iniciaron con Los elementos de la noche (1963), al que siguió El reposo del fuego (1966). En la década siguiente vieron la luz No me preguntes cómo pasa el tiempo (1970), Islas a la deriva (1976) y Desde entonces (1979). Entrada ya la década de los ochenta se publicarían Los trabajos del mar (1984), Miro la tierra (1987) y Ciudad de la memoria (1990). Los últimos años del siglo XX supusieron la aparición de El silencio de la luna (1996), La arena errante (1999) y Siglo pasado (2000). Recogida toda su obra anterior en Tarde o temprano (2000; edición ampliada en 2010), sus últimas creaciones poéticas conformaron los volúmenes Como la lluvia (2009) y La edad de las tinieblas (2009). Con un estilo poético conversacional y coloquial, claro y antirretórico, el gran tema de su poesía es el tiempo. Es miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua.
Francisco Brines (Oliva, 1932), ganador del año 2010. Su obra poética se caracteriza por un tono intimista y por la constante reflexión sobre el paso del tiempo, en el que la memoria desempeña un papel fundamental en su escritura. En El otoño de las rosas (1986), su libro más valorado por la crítica, se funden el lamento elegiaco y la exaltación vital. Su obra posee la influencia de su admirado Luis Cernuda, también de la poesía de Juan Ramón Jiménez y del Antonio Machado más intimista en su primer libro, Las brasas (1960). En su libro Aún no (1971), se acerca a la poesía satírica. Otros libros que aparecen en su trayectoria son Palabras a la oscuridad (1966), Insistencias en Luzbel (1977), Poemas a D.K. (1987) y La última costa (1995). Es miembro de la Real Academia Española.
Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) fue el premiado del año 2012. Sus primeras composiciones quedan reflejadas en Epigramas (1961). Unido a la rebelión antisomocista, vivió de cerca la represión, de la que son fruto los poemas de Hora 0 (1960). Son años de afianza a la lucha política y vive las dudas de una fuerte vocación religiosa, que culmina en 1957 con el ingreso en un monasterio trapense de Kentucky. La experiencia quedaría reflejada en Gethsemani, Ky (1960) y Vida en el amor (1970). La revolución cubana y la conjugación del marxismo con su fe religiosa se plasmarán en En Cuba (1972). La tragedia del terremoto que arrasó el centro de la capital nicaragüense le llevó a escribir Oráculo sobre Managua (1973), donde clama por el fin de la dictadura, momento cumbre de su visión de la poesía al servicio de la revolución. Derrocada en 1979 por el Frente Sandinista, será nombrado ministro de Cultura, lo que le trae popularidad internacional. De esos años son sus poemarios Tocar el cielo (1981), y Quetzalcóatl (1985). Ya fuera del poder político, publicará Los ovnis de oro (México, 1988), que antecede al magno proyecto que fue Cántico cósmico (1989) con el que giraba hacia la justicia medioambiental y las teorías científicas sobre el Universo en la clave de su creencia religiosa.
En 2013 el premio recayó en el portugués Nuno Júdice (Mexilhoeira, Portugal, 1949). Es crítico literario, profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Lisboa y agregado cultural de la embajada portuguesa en Francia. Dirige, además, la Casa de Poesía de Fernando Pessoa. Comenzó su actividad literaria en el año 1972 con su primer libro, Noçao do Poema. Posteriormente ha publicado Mecanismo Romântico da Fragmentação (1975), Nos Braços da Exígua Luz (1976), Lira de Liquen (1986, Enumeração de sombras (1989) y Obra poética 1972-1985 (1991). Está considerado uno de los más importantes poetas portugueses surgidos a continuación del grupo Poesía 61. Como novelista ha publicado Plâncton (1981), A Manta Religiosa (1982) y Adágio (1989). También crítico e investigador literario, se ha especializado en la época modernista portuguesa, a la que ha dedicado sus libros Poesía Futurista Portuguesa (1981), y A Era do «Orpheu» (1986).
Antonio Gamoneda, 2006.
Pablo García Baena, 2008.
José Emilio Pacheco, 2009.
Francisco Brines, 2010.
Ernesto Cardenal, 2012.
Nuno Júdice, 2013.