Es una historia larga, la de esta mina de uranio a cielo abierto en la provincia de Salamanca. Muchas protestas de los vecinos, decisiones administrativas contradictorias, familias y amigos a veces enfrentados por una diferente visión de su oportunidad o no en un entorno natural de Salamanca con río, encinas, especies únicas de aves, y hasta un balneario. El río Yeltes y sus márgenes, aledaño a la explotación de Retortillo, y atravesado, según el proyecto, por una cinta transportadora de mineral, están incluidos en la Red Natura 2000 con la consideración de Zona de Protección
para las Aves (ZEPA) y Zona de Especial Conservación (ZEC).
En 2017, la empresa concesionaria, Berkeley minera S.L., taló hasta 40 hectáreas de encinas centenarias para hacer una carretera, medida que fue paralizada por los juzgados, y que posicionó bastante a la opinión pública.
Hace pocos días desde la Plataforma Stop Uranio, cuyo portavoz es José Ramón Barrueco, comunicaba que “se vienen publicando noticias sobre la mina de Retortillo, alentadas por la empresa Berkeley que continúa negociando en Bolsa el menguado precio de sus acciones, a pesar de que con el estado de alarma están suspendidos todos los plazos administrativos o judiciales por lo que es imposible avanzar nada en la tramitación de los permisos necesarios para abrir la mina y planta de tratamiento de uranio. A este respecto sorprende que la empresa pueda congratularse con la confirmación de un permiso,la autorización de uso excepcional en suelo rústico, que obtuvo hace casi tres años (en julio de2017)…”
Puestos al habla con él, nos concedió esta entrevista que hoy os ofrecemos.