Hace algo más de una semana Idai llegaba a Mozambique, después a Zimbabwe, sembrando dolor y destrucción a su paso. Como siempre, la peor parte para los países al borde de la miseria, con pocos recursos. Los niños, como siempre también, los más desfavorecidos. 

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Ayudarles a través de Unicef es muy fácil. Con poco dinero se puede conseguir mucho, ya que a la destrucción actual se pueden unir cólera, malaria producidas por la higiene insuficiente, las aguas estancadas, contaminadas.

La población damnificada se concentra en refugios, muchos de ellos escuelas, que durante no sabemos cuanto tiempo no servirán para lo que fueron creadas: proporcionar educación a los niños.

Hoy hemos hablado con la representante de Unicef para la comunidad de Castilla y León, Rocío Gutiérrez. Ella nos contaba la magnitud de esta tragedia y cuáles son las necesidades más urgentes.