Una nueva mujer de talento, gran científica, y premio Nobel, además de premio Princesa de Asturias, que trabaja en un centro de investigación creado por ella en el Max Planch Institute, y que de pequeña soñaba con ser detective o intelectual, ha venido a sumarse a la todavía corta nómina de mujeres doctoras honoris causa por la Universidad de Salamanca.

La ceremonia ha tenido lugar, conforme al ceremonial tradicional, en el Paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca.

A Emmanuelle Charpentier se le concede el  Premio Nobel de Química en 2020 por la trascendencia científica de sus aportaciones en el sistema CRISPR-Cas9.

Charpentier se formó en Microbiología y Genética en la Universidad Pierre et Marie Curie, hoy Sorbona, donde consolidó su fascinación por los microorganismos y su papel en la salud humana. Posteriormente se incorporó al Instituto Pasteur, donde elaboró su tesis sobre los mecanismos moleculares de la resistencia bacteriana a antibióticos. Su formación en Genética microbiana adquirida y ejercida en numerosos centros de prestigio como el Instituto Pasteur y las universidades Rockefeller, Viena y Umea, Charpentier profundizó en los mecanismos de regulación génica del patógeno Streptococcus, un trabajo que sería la base de sus posteriores investigaciones del sistema CRISPR-Cas9.  Charpentier es una de las científicas más influyentes de nuestro tiempo. Así lo han reconocido sus múltiples doctorados “honoris causa” por universidades históricas de prestigio como Bolonia, Oxford y Viena, a los que se suma ahora el de la Universidad de Salamanca.

El Claustro de Doctores aprobó el pasado 20 de enero, por 263 votos a favor y solo dos en contra, el doctorado honoris causa a Charpentier, una vez que la candidatura presentada por el Centro de Investigación del Cáncer (USAL-CSIC) y defendida por el profesor Alberto M. Pendás fuera respaldada por el Consejo de Gobierno en la sesión celebrada en noviembre de 2024. Así la presentaba hoy su padrino, el profesor Pendás.

Tras esta intervención, tenía lugar la imposición de los diversos atributos que consolidan al candidato como nuevo doctor: el anillo, el libro, el birrete y la medalla (ésta en último lugar y por parte del rector). Todo se realiza en latín.

 

Fue después la nueva doctora la que se dirigía al público del Paraninfo, con un buen número de autoridades, como la consejera de Educación de la Junta de Castilla y León, y miembros de la comunidad universitaria. Mostraba su agradecimiento Emmanuelle Charpentier y hablaba del sentido de la ciencia, de sus investigaciones, y elogiaba la trayectoria de la Universidad de Salamanca. Hablaba de que junto a grandes logros como la edición genética ó la IA, tenemos nuevas amenazas como las pandemias o las resistencias a los antimicrobianos, o desigualdad en el acceso a la atención sanitaria y que además de innovar se requiere cooperar. Habló de financiación a la ciencia, necesaria, tanto como el apoyo a los jóvenes investigadores.

Una persona tan reconocida como ella ponía en valor la profundización en el conocimiento, destacando que el éxito no solo se mide por el reconocimiento, sino también por la contribución.

 

 

 

Concluía la ceremonia Juan Manuel Corchado, rector de la Universidad de Salamanca, y resaltaba muchas ideas relacionadas con la ciencia. Incidió en la importancia de la curiosidad, de hacerse preguntas, del deseo de saber, para que la ciencia avance. Daba las gracias a la doctora Charpentier y del honor que supone para la USAL que ya forme parte de la comunidad universitaria salmantina.

Recordaba pasajes importantes de la historia de la Universidad de Salamanca, como ser el germen intelectual de los Derechos Humanos.

Resaltaba las investigaciones de Charpentier y lo que ha supuesto el CRISPR-cas9, que ha abierto innumerables posibilidades en el ámbito de la biomedicina, la agricultura, la mejora animal o la biotecnología.

La tecnología CRISPR-Cas9, fruto del ingenio y la perseverancia de Charpentier, ofrece un método de edición genómica simple, eficiente y asequible para editar cualquier molécula de ADN. Tiene el potencial de corregir trastornos genéticos, desarrollar nuevas terapias contra el cáncer y crear modelos animales para enfermedades humanas.

 

 

El acto concluía con la interpretación por el Coro universitario y la comunidad universitaria del Gaudeamus Igitur.