Es el gran, y a veces parece que eterno, tema en España. Por eso ha sido muy oportuna la intervención de uno de los “padres” de la Constitución española del 78, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, con una conferencia en los Cursos de Especialización en Derecho de la Universidad de Salamanca.
Una intensa trayectoria como jurista, también importante presencia en la vida política, actualmente es el presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, entidad que tiene por objetivo cultivar las ciencias morales y políticas, así como las ciencias dedicadas al estudio de la actividad política y económica (Ciencia Política y Económica) y las del comportamiento de los individuos en sociedad (Sociológica), englobadas antes en Derecho y Filosofía.
Asimismo, es miembro permanente del Consejo de Estado de España, de la Academia Nacional de Derecho de Buenos Aires, de la Academia Nacional de Derecho de Córdoba y de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas de la República Argentina.
Tres licenciaturas, estancias en prestigiosas instituciones de enseñanza europeas, varios doctorados honoris causa y una vida dedicada al estudio y la práctica del Derecho. Así le presentaba la catedrática de Derecho Constitucional de la USAL, Ángela Figueruelo.
Tras la presentación, tomaba la palabra el conferenciante. El territorio era el tema de su alocución. El territorio nacional para ser más exactos, del que afirmaba “es un espacio imaginado, intenso, cargado por los afectos, los intereses de la comunidad que en él se asienta”, indicado que es “derecho, no es fisis sino nomos”. Otros asuntos vinculados al territorio, como la despoblación rural, también aparecían en esa conferencia, como un problema también casi inmemorial en nuestro país, señalando el peligro de lo que se queda vacío (que reclama alguien que lo llene).
Hablaba de la organización territorial tras la Constitución de 1978, la mutación constitucional que produjeron los pactos del 81 y el 92 y añadía que, no juzgando el modelo actual, entiende que ese modelo a algunas autonomías les viene grande y a otras pequeño. Se mostró esperanzado con la solución al tema territorial y que “con la solución que se alcance llegaremos a tener también una Constitución territorial que reconocerá la asimetría de la realidad”.
Intervenía, finalmente, el rector de la USAL, que mostraba su agradecimiento al conferenciante y remarcaba la vocación americana de la USAL, a lo que añadía Herrero de Miñón que si algo diferencia a nuestro país de otros europeos, ello es América.