Investigación puntera e innovadora para aportar soluciones naturales a las necesidades agrícolas es una línea de trabajo bien establecida ya en la Universidad de Salamanca. Una de ellas apunta que los microorganismos pueden aumentar rendimientos de los cultivos y hacer las plantas más fuertes frente a situaciones climatológicas adversas. Se puede producir mejor, contaminar menos y a menos coste.
El catedrático de la USAL, Enrique Monte dirige el GIR Fitopatología y Control Biológico del Instituto Hispano Luso de Investigaciones Agrarias de la USAL. Este grupo viene trabajando con el hongo Trichoderma hace casi 30 años, desde el desarrollo de TUSAL, como primer biofungicida registrado en España y uno de los cuatro primeros de la UE, hasta la participación en la secuenciación de los primeros genomas de este género, la propiedad de 27 patentes biotecnológicas y el trabajo pionero en el entendimiento del diálogo molecular entre Trichoderma y planta.
Este grupo trabaja en los últimos meses en uno de los proyectos financiados por la Diputación de Salamanca en la última edición de la convocatoria orientada a dar soluciones al sector primario de la provincia. Trata de conseguir un bioestimulante o fertilizante especial basado en microorganismos y que además sea susceptible de ser producida, formulada y comercializada por la empresa beneficiaria, Mirat Fertilizantes, que apoya económicamente este proyecto.
Enrique Monte nos lo ha contado exhaustivamente esta mañana.