Ayer se inauguraba el nuevo curso académico en la Universidad de Salamanca. Como siempre, en el Paraninfo del Edificio Histórico, en un año que aparece marcado por la incertidumbre por la situación política general que sufre nuestro país. El rector de la USAL, Daniel Hernández llegó a utilizar la palabra “corralito”  para definir la situación que se puede dar si no se aprueban los presupuestos del Estado. Significará que la USAL no podrá utilizar los fondos que se han generado este año “con esfuerzo y disciplina”.

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La inauguración del curso, que siempre se ciñe a un protocolo establecido, y que siempre supone un balance del curso pasado, previsiones para el siguiente, así como una reflexión sobre los problemas más acuciantes de la Universidad.

La situación política general está dejando su impronta en todas las instituciones públicas. Además de los consabidos recortes de los últimos años, que han afectado a todas ellas, la Universidad ha sido castigada con la famosa tasa de reposición, y la falta de gobierno y por tanto de presupuestos implicará que incluso aquellas universidades que tienen una buena contabilidad y situación económica sufran la situación de no poder invertir lo que con esfuerzo han conseguido generar. Era uno de los mensajes principales del rector de la USAL en la parte final de su discurso. Aunque comentó muchas más cuestiones, como el acuerdo suscrito por la Consejería de Educación y las universidades públicas sobre la implantación de nuevas titulaciones de grado y máster en el periodo 2016-2019. Volvió a reclamar la mejora de la financiación del sistema universitario de la Comunidad Autónoma. Destacó la solvencia económica de la USAL, habló de nuevas actuaciones (como las rehabilitaciones de la Fachada, del antiguo Colegio San Bartolomé y del antiguo edificio del Banco de España; continuación del programa PAIDEI, incorporación de nuevo profesorado a la plantilla, también de PAS, reforma del plan de Innovación docente, refuerzo de las relaciones con universidades chinas y japonesas, promoción del estudio del español). Hubo palabras también para el Octavo Centenario y para la construcción de un Espacio Europeo, Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior. El discurso de una Universidad líder que aspira a seguir siéndolo y que pondrá todos sus esfuerzos en ello también en este nuevo curso.

 

Previamente la Secretaria General, Pilar Martín Aresti leyó la Memoria del pasado curso, donde hacía un repaso somero de las principales actividades que se realizaron. Desgranaba cifras y datos que afectan al alumnado, a los servicios de la USAL, las titulaciones, investigación, transferencia del conocimiento, economía. Balance positivo que la Secretaria General entendía se debe al esfuerzo de todos.

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Después de la Memoria, la Lección Inaugural, que este curso se centraba en la pedagogía universitaria en la Fiesta de la Ciencia. El encargado de la misma fue el Catedrático de Historia de la Educación de la USAL, José María Hernández Díaz. Además de ser un estupendo recorrido por la historia de nuestra educación, Hernández Díaz abogaba por la “universidad formadora, constructora de personas, pública, cosmopolita, abierta a todo tipo de sectores y edades, que no olvide el proceso porque solo ve el producto, una universidad con raíces éticas profundas”.

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Tras el discurso del rector, el Coro interpretó el Gaudeamus Igitur y concluía el acto con las palabras de Hernández Ruipérez declarando inaugurado el curso académico 2016-17.

Como siempre la Universidad contó con relevantes autoridades en la inauguración: consejero de Educación de la Junta, rectores de las universidades de León, Burgos, Pontificia de Salamanca, Europea Miguel de Cervantes, embajador de Argentina en España, alcalde de Salamanca, entre otras.

El consejero de Educación atendía a los medios a la entrada al acto. La situación de la educación en nuestro país, preocupante por la falta de decisiones (aún no saben los alumnos cómo será la prueba que les faculte para la entrada a la universidad, por poner solo un ejemplo), marcó gran parte de la interlocución que tuvo con los medios el consejero, Fernando Rey.